Basta de femicidios

Cosecha Roja.-

Carlos Toniolli tenía 27 años, era empleado de una empresa de seguridad y vivía en Capitán Bermúdez, una localidad del Gran Rosario -en el sur santafesino-, de menos de 30 mil habitantes. Hacía dos meses que se había separado de Romina Zapata, de 25 años, con quien tuvo una hija que hoy tiene 6. Los días en que Carlos estaba de Franco, Romina solía llevar a la niña hasta la casa de él, en el barrio Villa Margarita.

El miércoles a la noche, ya entrada la madrugada, la nena se durmió mientras Romina y Carlos discutían. Se despertó un rato antes de las 10 del día siguiente y no encontró a los padres. La puerta de su cuarto estaba cerrada con llave. Fue hasta la casa de una vecina y pidió ayuda.

Un rato después llegó la policía. En la habitación encontraron a Romina sobre la cama de la nena. Estaba desnuda de la cintura para abajo y presentaba golpes en la cara y en la cabeza. Tenía mandíbula destrozada y le faltaban varios dientes. En el piso estaba el caño con el que su expareja la asesinó. A Carlos lo encontraron muerto en el lavadero, colgando de una soga atada a su cuello.

Los familiares de Romina contaron al diario Rosario/12 que él “la celaba por demás” y la golpeaba. Nunca se animó a denunciarlo.

Con el de Romina Zapata ya son al menos 55 los femicidios registrados en lo que va del año en Argentina. Un promedio de un caso cada 29 horas. Según un informe del Observatorio de Femicidios de la Casa del Encuentro, elaborado en base a lo publicado en las agencias de noticias y 120 diarios de todo el país, en enero hubo 26 femicidios y en febrero 24.

“La violencia sexista no para”, dijo Ada Rico, presidenta de la Casa del Encuentro,”en enero hubo casi una mujer (asesinada) por día. Es el índice más alto de todos estos años”, explicó.

En 2012, cinco mujeres por semana murieron como consecuencia de la violencia de género. En el 63 por ciento de los 255 casos el asesino fue el esposo, amante, novio o ex pareja de la víctima.

En las cifras totales también se incluye la figura de “femicidio vinculado”: “matar, castigar o destruir psíquicamente a la mujer sobre la cual ejerce la dominación”. En esta categoría se incluyen los casos en que el femicida mata a alguien para afectar a la mujer (por lo general los hijos) o en los que una persona muere intentado impedir el crimen o al quedar “en la línea de fuego”.

Casos de marzo en Cosecha Roja:

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