Angelesrsawson

Juliana Mendoza – Cosecha Roja.-

Ricardo Juri y Rodolfo Gutiérrez compartían la misma teoría: el padrastro de Ángeles Rawson era el culpable del crimen de la adolescente. Los comisarios de la División Homicidios declararon ante el Tribunal que les pareció inusual que Sergio Opatowski apareciera tantas veces ante las cámaras de televisión. “Era totalmente impensado que el portero estuviera implicado. Nuestra investigación iba hacia Opatowski por la exposición mediática y por el rol que jugaba en la familia”, dijo Gutiérrez en la audiencia de hoy. “En las investigaciones, primero hallamos una prueba y después un autor. Acá fue al revés, era como buscar a un ladrón y que el ladrón se choque con nosotros”, dijo Juri. Estaban equivocados: cuando Jorge Mangeri declaró en la Fiscalía quedó como el único imputado.

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-No sé de qué trabaja Sergio, siempre está con la cañita de pescar y sale a la mañana temprano.

Eso fue lo que le dijo Mangeri a Gutiérrez en el primer encuentro que tuvieron. El miércoles 12 de junio la familia de Ángeles estaba en el velorio y los peritos allanaron la casa de la adolescente: el padrastro volvió a la casa para abrirles la puerta. Se llevaron una sábana con sangre dentro de una bolsa verde marca Dia% como la que tenía el cuerpo de Ángeles cuando la encontraron. Era de Juan Cruz, el hermano mayor de la adolescente, que había tenido una operación hacía poco. Opatowski explicaba todo. “Lo noté muy verborrágico”, dijo Gutiérrez. La familia no había declarado en la Fiscalía, pero sí en los medios. Esos eran los únicos testimonios que la policía tuvo en cuenta hasta la declaración en la Fiscalía el viernes 14. Homicidios siguió la investigación pensando que Opatowski era el culpable.

Ese viernes la mujer que trabajaba en la casa de Ángeles declaró que había estado todo el día en el departamento y que Ángeles nunca había entrado a la casa. El testimonio de Mangeri se volvió necesario para saber si había visto algo raro. Pero no apareció a las 18, cuando Ricardo Juri lo había citado. Un amigo de Mangeri lo llamó y le dijo que estaba en su casa, que lo habían amenazado y que no quería ir a declarar. Lograron convencerlo cuando le pusieron una pechera de la Policía Federal y una gorra que escondía una lesión amarillenta en la cara. Cuando llegó a la fiscalía, Juri le preguntó qué le había pasado: “No me dijo nada y se fue a declarar”.

Más tarde, la fiscal María Paula Asaro salió del interrogatorio con la cara desencajada. Juri pudo escuchar una conversación: “El portero dijo que era el responsable”. Después se enteró de las amenazas. Mangeri había declarado que en la madrugada del jueves 13 un hombre en un auto Polo oscuro lo abordó en la esquina de Ravignani y avenida Santa Fe, lo apuntó con un arma y lo apretó. “Estaban los medios ahí, la verdad no es el mejor lugar para amenazar a alguien”, dijo. La historia del patrullero le pareció “fantasiosa”.

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Ángeles Rawson desapareció el 10 de junio de 2013. Un día después los encargados de separar la basura en el CEAMSE encontraron el cadáver: tenía el torso desnudo, la ropa rasgada, dos vueltas de hilo sisal enrollado en el cuello y la cabeza cubierta con una bolsa. Este viernes se hará la inspección ocular en el Ceamse de José León Suárez, donde la encontraron.