El juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA cumplió 30 audiencias desde que comenzó el 6 de agosto del año pasado. En la jornada de ayer, declararon como testigos un ex policía que estuvo detenido durante un día en el marco de la causa y un abogado cuyo testimonio arrojó más confusión que datos.

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Los jueces del Tribunal Oral Federal 2 estaban demorados. Esos pocos minutos fueron aprovechados por Olga Degtiar, Laura Ginsberg y Diana Wassner, tres referentes de agrupaciones de familiares de las víctimas, para descargarse. Se acercaron a los jóvenes abogados que representan la querella unificada de AMIA y DAIA y los increparon por su clara adhesión, la audiencia anterior, a una solicitud de la abogada del imputado Rubén Beraja, ex presidente de la DAIA. “Ustedes deberían pasarse al otro lado de la sala”, les dijo Wassner señalando el banquillo de los acusados. Desprevenidos y nerviosos, ellos no contestaron.

José Ferrari ingresó a la sala. Juró y comenzó a relatar con buena memoria los hechos que lo vincularon a la causa AMIA. El 13 de julio de 1996, mientras trabajaba en la Brigada de Investigaciones de Tigre, fue arrestado y trasladado a los Tribunales Federales de Comodoro Py para declarar ante Juan José Galeano, el ex juez que hoy está imputado por encubrimiento. “Yo no sabía ni siquiera cómo se escribía AMIA y me van a arrestar por el atentado”, dijo. Según contó, días antes había participado de un operativo en la casa del entonces senador Eduardo Menem, por lo que la prensa lo persiguió todo el trayecto hasta el juzgado. “Si no hubiera sido por los periodistas que seguían ahí, seguro me dejaban detenido como al resto de los policías”, admitió.

Ese día pasó varias horas en un calabozo y luego lo llevaron a declarar como testigo. “Galeano trajo una caja llena de cassettes y dijo que eran escuchas de extorsiones que los policías hacíamos a empresarios. También me pedía información sobre Ribelli y el resto”, recordó y de inmediato describió lo que pasaba por su cabeza. “Que el juez me hablara de algún curro de la fuerza no me asustaba. Pero que nos acusara a 13 policías de haber puesto una bomba, de eso no me iba a convencer”, contó.

Sobre el final, Ferrari aprovechó para aclarar que si bien estuvo pocas horas detenido, el recuerdo y las dificultades en su trabajo lo persiguieron siempre. “Me arruinó la carrera. A cada lugar que iba debía que explicar que no tenía nada que ver con la AMIA”, lamentó.

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El abogado Claudio Lupiano

Claudio Lupiano fue abogado de Bautista Huici, un policía que estuvo seis años preso por el atentado y que hoy querella contra quienes lo imputaron falsamente. Fue por esa relación que, al comenzar la audiencia y a pedido de la querella de Memoria Activa, Huici debió subir al estrado por segunda vez en este juicio, y relevar del secreto profesional a Lupiano. Aún así, no sólo el testigo no aportó datos nuevos sino que su relato estuvo plagado de confusiones y contradicciones que llevaron a las partes debatir e interrumpirlo constantemente.

Según recordaron después los abogados de las querellas, Lupiano había adoptado una actitud similar cuando declaró en el juicio por el atentado ante el TOF 3 (que se desarrolló entre 2001 y 2004), lo que le valió una imputación por falso testimonio, de la que fue luego sobreseído.

Primero contó que comenzó a defender a Huici porque su colega Federico Domínguez estaba desbordado de trabajo. Luego recordó una visita que hizo a la cárcel para hablar con su defendido en la que se encontró, de casualidad, con Domínguez y el ex comisario Luis Vicat: ellos también iban a ver a Huici. Ambos están hoy procesados por coaccionar a los policías durante la investigación. “No me llamó la atención que estuvieran allí”, admitió Lupiano pero no pudo dejar claro si conocía o no a Vicat o si había compartido o no la defensa con Domínguez. Primero dijo que no, luego que sí en respuestas plagadas de “creo”, “no recuerdo, pero” y “no entiendo la pregunta”.

Sumado a eso, afirmó que igualmente nunca había hablado con Domínguez sobre la causa AMIA. En ese punto los abogados de las querellas no pudieron contenerse: “¿Usted tuvo muchas causas como la de AMIA, Lupiano?”, ironizó Rodrigo Borda, abogado de Memoria Activa. “Por lo general, cuando alguien se hace cargo de un caso habla sobre el tema con el abogado anterior. Si no, entra a la defensa verde como un limón”, advirtió Juan Manuel Ubeira, quien representa a los ex policías bonaerenses.

Aún con los múltiples señalamientos de contradicción de las querellas y la Fiscalía, el Tribunal accedió por primera vez a los argumentos de las defensas, quienes pedían que no se ahondara más respecto a Vicat y Domínguez porque “no correspondía al objeto de este juicio”. El mismo Huici, en el testimonio que prestó en febrero pasado, los denunció por haberlo presionado para que declarara contra Juan José Ribelli y la Cámara Federal, a fin de marzo, confirmó su procesamiento en el marco de “una maniobra global de encubrimiento”. Pero ningún argumento alcanzó y el interrogatorio se dio por terminado.

La próxima semana el juicio se llevará a cabo el lunes y el jueves con más declaraciones testimoniales.
Ilustraciones: Débora Kirnos, integrante de Dibujos Urgentes en el Juicio de encubrimiento del Atentado a la Amia, Tribunales Federales de Retiro, 2015 – 2016