¿Alguien quiere pensar en les niñes en cuarentena?

Una duerme abrazada a un jabón: es su manera de resguardarse del coronavirus. Otros no pueden mantener ninguna actividad por más de unos minutos. Lloran durante horas, se despiertan de madrugada, quieren cenar a las cinco. Llantos, berrinches, aburrimiento, descontrol. ¿Qué les pasa a les más chiquites en el encierro?

¿Alguien quiere pensar en les niñes en cuarentena?

Por Miriam Maidana
20/04/2020

Ilustraciones: Federico Mercante

Lautaro, mi vecino del piso 11, es simpático, sociable y tiene mucha energía. Hijo de dos profesores, comenzó a caminar al año y hasta hace apenas un mes era hermoso verlo corretear por todo sitio posible del edificio hasta llegar a la vereda. Es rápido Lauti. A veces tanto impulso lo lleva de cola al piso pero se levanta y sigue: los pañales son su colchón portátil y personal. 

Niñe balcon

Cuando empezó la cuarentena madre y padre le prepararon un batallón de actividades. Pero a los 15 meses a Lautaro ya no le interesa que le lean cuentos, hagan banderines, le canten canciones y le expliquen que no, que la tierra de las macetas no se come. Berrinchea, llora más de lo habitual, y a eso de las nueve de la noche vive su momento de descarga: aplaude, grita, toca una trompetita. Si, el encierro es por su bien. Pero a los 15 meses ¿será posible entender el concepto de “bien”?

Victoria tiene casi 3 años. La cuarentena comenzó justo cuando se había adaptado a su sala de jardín. Su mamá y su papá la pensaron, la desearon, la buscaron cuando el mundo era otro: ambos trabajaban y Vicky crecía con una familia grande que la cuidaba hasta su escolarización. Ahora por momentos está enojada con el mundo, malhumorada, y no puede sostener la atención sobre actividades que antes le encantaban -maquillarse, disfrazarse, dibujar- más que por períodos cortos. Vicky necesita a sus abueles, tíes, su jardín, la plaza. No hay virtualidad que reemplace eso. Su mamá comenzó un diario que publica en FB: “Hoy hablé con una amiga, me dijo que no aguanta más a su hijo, me sonó duro, después entendí que es un poco lo que nos pasa a todas, solo que ante los demás siempre es más “lindo” mostrar el lado A de la maternidad. A veces pasa que nos desconocemos a nosotras mismas en esta situación, pero eso no nos hace amarlos menos”.

Niñes maquillaje

Este año, Juan Ignacio tuvo una adaptación díficil al jardín. Una vez que dejó de patear, llorar y revolcarse no pudo ir más. Ahora hace todo eso en su casa. Acostumbrado a salir todos los días al parque, a los 18 meses está frustrado y enojado casi todo el día. Le alcanza la mochi a la mamá, las zapatillas, y sus juegos de plaza. Quiere cenar a las 5 de la tarde, se levanta a las 6 y llora más de lo habitual. La única energía que gasta es tirando todo lo que puede alcanzar: ropa de placares, ollas, juguetes. Duerme menos que lo habitual y no demuestra el menor interés en las actividades que 3 veces por semana le envía su seño de salita violeta. No hay florero ni oso con lana que le importe. A los 18 meses la vida pasa por otro lado. 

Niñes jabon

Su hermana Victoria tiene 6 y va a un colegio bilingüe, con lo cual se la pasa agobiada por un primer grado cursado virtualmente. Luego de cada clase, las seños le explican los cuidados para protegerse de COVID-19. Hace unas noches que Victoria duerme con un jabón 

Fermín le pone la mayor onda posible a este momento: “dirige” la tesis de maestría de su mamá, espera con paciencia que su papá pueda abrazarlo cuando vuelve del trabajo y debe limpiar todo, bañarse, poner su ropa a lavar y recién ahí expresar el afecto, hace arte en el living y juega dominó en el balcón. Hasta que explota. A los 4 años extraña a sus amigxs, y no es que no quiera a su mamá y papá: nunca los vio tanto en su vida y eso suele complicar la cosa.

Niñes 1

Pilar e Inés son madres de Elena, de 3 años. Pilar explotó hoy en Facebook: “La situación de niñes encerrades tampoco dá para más! (…) es muy cualquiera que no puedan salir a dar una vuelta, que las madres que deben salir a comprar con sus hijes sean hostigadas por la gente o por la policía! (…) estoy harta! Son muchos días para que no contemplen a la niñez!”.

Sí: para les niñes son un millón de días. Niñes de 1 a 6 años son el segundo grupo más afectado por el encierro total, junto con les adultos mayores. El punto no es la ausencia de colegio ni amigxs, sino el encierro: por más que tengas un patio enorme, o un balcón de 50 metros, lxs chicxs ya conocen la diferencia adentro/afuera. Lo que no pueden entender es qué demonios es el COVID 19, porqué sus madres/padres están todo el día con elles, dónde están sus familiares y hasta la calesita.

¿Pensamos en les niñes?

Miriam Maidana