Por Arlen Buchara. El Ciudadano.-
“¿Embarazo no deseado? ¿No lo planeaste? Podemos ayudarte. Mandanos un whatsapp. Garantizamos discrecionalidad”. El mensaje apareció en calcomanías circulares negras con letras blancas pegadas en la sala de espera de tres hospitales de Rosario: la Maternidad Martin, el Cemar y el Roque Sáenz Peña. También fueron vistas en garitas de colectivo, iglesias y postes de luz de otras localidades de la provincia de Santa Fe. Todas las encontradas son anónimas y tienen el mismo diseño y un número de teléfono. Cuando las mujeres llaman, del otro lado les piden un encuentro en persona en el que intentan convencerlas de no abortar. Desde la Secretaría de Salud Pública de Rosario informaron que sacaron los mensajes encontrados como hacen con toda la cartelería que no transmite información propia del sistema de salud.
Los stickers negros y blancos llegan después del rechazo en el Senado del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) pero la estrategia de disuasión de grupos antiabortistas no es nueva. En distintos lugares del país sus integrantes se han infiltrado en hospitales para evitar que mujeres y niñas accedan a abortos no punibles. Las organizaciones detrás de esta forma de operar surgieron en los 70 en distintos lugares del mundo que legalizaron el aborto, donde militantes en contra suelen instalarse en la puerta de los centros de salud para persuadir e impedir que las mujeres interrumpan el embarazo.
El Ciudadano intentó comunicarse con el número encontrado en Rosario pero no obtuvo respuesta. Según contaron profesionales de la salud que pidieron resguardar su identidad, la modalidad se repite en distintos lugares. La mujer llama al teléfono que aparece en el sticker pensando que se trata de una línea de asistencia para acceder a un aborto seguro. Desde el otro lado le dicen que sólo dan información en persona y que pueden verse en el lugar que ella disponga. Cuando se encuentran buscan convencerla de no abortar. Le regalan escarpines, le dicen que están cometiendo un asesinato y que deben dar en adopción, la llevan a hacer ecografías con imagen y sonido y tratan de disuadirla de su decisión. Si no lo consiguen, el acoso sigue por teléfono.
En Rosario las calcomanías aparecieron en las salas de espera de tres hospitales, en la zona de consulta de las mujeres.
Desde la Secretaría de Salud informaron que los mensajes fueron removidos como hacen con toda la cartelería que no transmite información propia del sistema de salud.
Los stickers se replicaron en distintas localidades del Gran Rosario. Según publicó el portal noticias de IRE, en Oliveros, a 50 kilómetros de Rosario, aparecieron en garitas de colectivo y en la iglesia Redentor, ubicada en Urquiza y Santa Fe.
De acuerdo con el portal, ante el llamado de vecinas, la respuesta fue que sólo daban información en persona y que se encontrarían con dos mujeres. Aclararon que quien iba a consultar tenía que ir sola, más allá de que fuera menor de edad.
Las Mujeres Autoconvocadas del Cordón Industrial advirtieron en un comunicado: “En la localidad de Oliveros está circulando la información de un número que supuestamente orienta en Interrupción Legal del Embarazo. Piden a menores que vayan solas. Es de suma gravedad este hecho. El número no corresponde a ningún organismo oficial ni a ninguna organización de mujeres. Pone en riesgo a las mujeres. Ante cualquier información, las mujeres deben recurrir a los hospitales provinciales o áreas de género de sus localidades. Debemos cuidarnos de quienes hacen negocios con nuestros cuerpos”.
Falsas socorristas
Los stickers blancos y negros tienen una modalidad de atención telefónica que imita el trabajo de organizaciones que ayudan a las mujeres que quieren abortar y que ganaron visibilidad con el debate parlamentario del aborto legal. Una de ellas es Socorristas en Red, que funciona a través de líneas telefónicas en todo el país. Las mujeres que deciden abortar llaman y concretan un encuentro para charlar y sacarse todas las dudas y las socorristas las acompañan en su decisión.
A diferencia de las líneas anónimas, dan información legal y pública avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de la Nación y trabajan con la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir, que reúne quienes garantizan en el sistema de salud pública los abortos no punibles a partir del protocolo de IVE.
La información que brindan es para interrumpir el embarazo con misoprostol, la droga que recomienda la OMS para un aborto seguro y ambulatorio. En el sistema de salud pública las IVE se hacen en base a la legislación argentina que desde 1921 permite el aborto por causales de violación y riesgo de salud. En la provincia de Santa Fe las causales se aplican con un criterio de ampliación de derechos y se entiende a la salud como física, psíquica, emocional y social, tal como dice la OMS. En promedio, en Rosario se hacen 500 interrupciones al año.
Contra el Código Penal
En 2015 en una escuela en la ciudad de Santa Fe descubrieron que una nena discapacitada de 12 años había sido abusada por su padrastro y estaba embarazada. Con la mamá fueron al hospital Iturraspe y pidieron que le hicieran un aborto contemplado en el artículo 86 del Código Penal.
Mientras esperaba la respuesta, una psicóloga de la ONG Grávida se hizo pasar por personal del hospital, entró a la sala donde estaba resguardada la niña e la convenció de no interrumpir el embarazo. En abril de 2017 el Colegio de Psicólogos de Santa Fe la suspendió por seis meses por hacer prevalecer sus creencias personales sobre el derecho de la niña. La ONG apeló la medida en la Justicia que, basada en un tecnicismo, le dio la razón a la psicóloga.
El hospital santafesino es el mismo en el que murió Ana María Acevedo porque los médicos le negaron un aborto no punible y no la trataron por un cáncer de mandíbula para salvar al feto. En la actualidad médicos del servicio de Ginecología son objetores de conciencia, pese a que no se inscribieron en tiempo y forma en el registro provincial.
Con origen en Estados Unidos
La estrategia de disuasión de grupos antiabortistas no es nueva. Surgió en los 70 en distintos lugares del mundo que legalizaron el aborto. Las organizaciones –todas vinculadas a sectores religiosos – suelen instalarse en la puerta de los centros de salud para persuadir e impedir que las mujeres interrumpan el embarazo. También acosan a médicas y médicos que los practican.
En Estados Unidos tomaron fuerza desde los 80 con el apoyo del Partido Republicano, que avanzó en leyes que limitan el fallo de la Corte Suprema “Roe vs Wade” que en 1973 reconoció al aborto como una decisión de la mujer y no del Estado.
En los últimos 30 años hubo ataques a clínicas con bombas y varios casos de fanáticos religiosos que entraron con armas de fuego y mataron a médicos y pacientes.
La Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo de España publicó en octubre un estudio sobre 300 mujeres que fueron abordadas por militantes en contra del aborto en la puerta de los centros de salud. El 90 por ciento se sintió acosada y el 66 por ciento amenazada.