La directora del Gymnasium anunció que las mujeres podrán inscribirse al colegio a partir del año que viene. La noticia llegó después de que el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Tucumán aprobara una declaración a favor de la no discriminación en todas sus instituciones dependientes y diera un plazo para rever las reglamentaciones que no se ajusten. Ahora uno de los colegios más tradicionales de la provincia deberá afrontar el proceso de cambio y dejar entrar mujeres después de 69 años de prohibición. Aquí, se reconstruye el debate.
“Llego al Gymnasium. Tarde. En el trayecto hasta la sala donde se estaba realizando la reunión del Consejo Asesor Interno me detienen tres veces, tres ordenanzas distintos, para advertirme que la prensa no puede entrar. A los tres les respondo que soy egresado. El tercero de ellos agrega que ‘no se puede grabar ni sacar fotos’”.
Matías Galindo, periodista, docente universitario y egresado del colegio, relató los obstáculos que tuvo para asistir a la reunión del Consejo Asesor Interno que definía la apertura de las inscripciones de mujeres para el ciclo lectivo 2018. Durante la reunión, escuchó a un egresado adulto esgrimiendo su argumento: “Las grandes academias del mundo están volviendo a la educación diferenciada, nosotros en este país hacemos las cosas siempre al revés”.
Una docente tomó la palabra e intentó responderle. El hombre la interrumpió: “Vos no sos del Gymnasium”. “Un tipo que tiene más de cuarenta años de egresado cree que su voz vale más que la de una docente que trabaja en la institución desde antes que yo pisara ese lugar por primera vez (2000). Una locura”, escribió en su Facebook.
“No sos más machista o menos machista por aceptar mujeres…es una tradición del colegio y va a perder gran parte de su esencia”.
El comentario publicado en un grupo de Facebook pertenece a un egresado del Gymnasium de la Universidad Nacional de Tucumán, un colegio tradicional de la provincia que el jueves noche rechazó abrir las inscripciones para el ingreso de mujeres al ciclo preparatorio después de 69 años de su fundación como establecimiento secundario de varones. Es una institución a la que asisten principalmente sectores de clase media, aunque también hijos de trabajadores y empresarios ocupan sus filas.
Entre alguno de sus egresados se destacan los músicos Miguel Ángel Estrella y Juan ‘Popi’ Quinteros; el ex futbolista de la selección argentina Sub 20 Facundo Pérez Castro (aunque no terminó la secundaria allí); dirigentes políticos como el ministro de Educación de Tucumán Juan Pablo Lichtmajer; el secretario general de los docentes universitarios, Ariel Osatinsky; militantes de Derechos Humanos como Iván Jeger de Hijos, los cineastas Boby Toscano y Ezequiel Radusky; periodistas como Ricardo Kirschbaum y Juan Bedoian de Clarín. Es una institución rodeada de un aura de progresismo por la activa participación de sus estudiantes en la vida política.
La iniciativa generó fuertes polémicas al interior del colegio y se extendió a otros sectores de la sociedad. Se dispararon debates sobre feminismo, heteropatriarcado y derechos humanos en medio del silencio de las autoridades del Gymnasium y del Rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), que no terminaban de confirmar ni desmentir la iniciativa que se conoció a través de las redes sociales esta semana. Después de una consulta vinculante a la docencia, realizada por la dirección de la institución, se impuso el “sí” al ingreso de mujeres por 22 votos a 14. Sin embargo, no hubo comunicación oficial y los rumores ganaron la escena.
Así se llegó a la reunión del jueves 3 de agosto del Consejo Asesor Interno (CAI), en donde están representados todos los estamentos: docentes, no docentes, egresados y padres. El único punto en el temario era la discusión sobre abrir o no las inscripciones para mujeres en el ciclo lectivo 2018.
La luz fría de los fluorescentes contrastaba con el clima candente que se vivía dentro de la sala de profesores donde se realizó la reunión. Los consejeros, acomodados a lo largo de dos mesas unidas como una sola, discutían ante la mirada atenta de estudiantes, egresados y padres que se acercaron a presenciar el debate. Una periodista intentó ingresar en medio de la sesión. Le pidieron que saliera. “Esta reunión es solo abierta para miembros de la comunidad”, le dijo la directora Sandra Mansilla.
A menos de una hora y media, se cerró el debate y se propusieron dos mociones. El estamento estudiantil planteó que se pospusiera la definición hasta elaborar un plan de trabajo y los docentes pidieron que se vote por el sí o no. Cuando los alumnos cayeron en cuenta que les daban los números, retiraron su moción y solicitaron que se defina allí mismo. La votación por el ‘no’ se impuso 6 a 5. Salvo los representantes de la docencia, que tuvieron una ausencia sin aviso, los demás sectores se pronunciaron por la negativa.
“Se está discutiendo coeducación o educación diferencial. No creo que una educación diferencial sea discriminatoria. No está comprobada que sea mala tampoco. El problema no es el paradigma que usamos sino cómo estamos educando a los chicos. No se trata de ser machista o no, sino de cómo se abordó la discusión”, dijo Marcos Velasco, representante de los egresados en el Cai. Adela Noriega, consejera por los docentes, le respondió: “las leyes no avalan la trayectoria de que el colegio sea solo de varones. Espíritu crítico, libertad, autodisciplina. Ese es la verdadera esencia del colegio, no que sea sólo de varones”.
La directora Sandra Mansilla adelantó que respetaría la resolución del Cai a pesar de no ser legalmente vinculante. Aún restan otras instancias. La decisión puede revertirse en el Consejo Superior de la UNT o en instancias judiciales. Hay jurisprudencia que respalda la coeducación, como el fallo Montserrat. En el año 2000, la Corte Suprema de Justicia de la Nación sentenciaba que ya no podrá ser discutido el ingreso de mujeres al Colegio Nacional de Monserrat de Córdoba.
El Gymnasium es conocido por tener ciertas políticas educativas progresivas: se rige por un sistema de autodisciplina donde los estudiantes tienen un alto grado de libertad y poder decisorio, cada curso realiza una gira anual de estudio hasta recorrer todo el país hasta completar el trayecto educativo, se realiza a fin de año un campamento en el campo al que participan los más de 500 estudiantes que asisten a la institución, cuenta con un Club Colegial organizado y arraigado, un sistema de tutorías y una fuerte tradición humanista.
“Campamentos, giras o semanas no fueron pensadas como mero entretenimiento juvenil, sino como un ‘ensayo de gobierno estudiantil’, según palabras del histórico profesor Germán Torrens. Es hora de que a estos ‘ensayos de gobierno’ como acción educativa se sume la generación de espacios educativos donde exista igualdad de trato y oportunidades para niños y niñas en base al respeto, la tolerancia y alejados de todo sexismo”, dijo Rodrigo Campos Alvo, egresado del colegio, psicólogo y docente en la facultad de Filosofía y Letras de la UNT.
“Culiao…parece que todos o la mayoría de los que defienden a muerte la inclusión de femeninas en el colegio no formaron parte de ese hermoso edificio de la 25″.
Desde hace casi un año comenzaron nuevamente los debates de docentes, egresados, padres y estudiantes. El punto de inflexión fue la apertura de las inscripciones para varones en la Escuela Sarmiento, otro de los colegios universitarios que hasta el 2015 recibía solo mujeres. Ante esta situación, Susan Sarem y su esposo Carlos Rafael Saavedra, que tienen un hijo en el Gymnasium, presentaron una nota a la directora de la institución Sandra Mansilla solicitando que “se abra la inscripción a aspirantes mujeres a realizar el cursillo y posterior examen para el ingreso a I° Preparatorio del colegio que Ud. dirige, para el período lectivo 2017, ya que tal inscripción se abrió para varones –sin explicitar que está cerrada a mujeres- tal como se entiende a través del uso de sustantivos de género masculino, como los resaltados por nosotros en el mensaje difundido por la dirección del colegio”.
Como respuesta, la Directora Mansilla dictó la Resolución N° 184/2016 que rechazaba el ingreso de mujeres pero habilitaba todos los mecanismos disponibles para generar un debate institucional sobre el tema. A partir del rechazo del CAI en la última sesión, Mansilla emitirá similar resolución, un año después.
“El que no quiera mixto es un machista misógino, retrógrado, ignorante mente cuadrada y facho por las dudas. Obvio que con esas condiciones, el silencio es una buena opción”.
Una mamá intentó inscribir su hija el año pasado y desde el Gymnasium rechazaron la petición. Quiso entonces realizar una denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi) por discriminación de género pero al principio no se la recibieron. “Es un colegio de varones”, se excusaron. Ante su insistencia le aceptaron la presentación y convocaron a una reunión de conciliación donde la institución confirmó el rechazo pero se comprometió a permitirle que rinda el ingreso en primer año en caso de que hubiese vacantes. El Gymnasium abre las inscripciones en dos cursos: I° preparatorio (o 5° grado del primario) o 1er año (o 7° grado). El cupo es de 70 personas separadas en dos divisiones: ingresan los mejores promedios luego de rendir cuatro materias. La última vez se presentaron al examen más de 250 estudiantes.
“Viva la G y Viva Lura (de la vereda para afuera)”
“El feminismo se organizó para conquistar derechos –sí, digo conquistar porque no nos regalaron ninguno- y conformó un movimiento que es praxis y es teoría a la vez. Ese movimiento es el que se retuerce frente a un Colegio Universitario de Tucumán que se precia de ser la progresía intelectual de la provincia –la “elite”- y se opone al ingreso de mujeres. Les preocupa, como también le preocupó a Rousseau, su ‘esencia’. Perderán su esencia declararon algunos alumnos. También los sectores fundamentalistas religiosos hablan de “esencia” y “naturaleza” para llamar a conservar el status quo que se resquebraja frente a la ‘ideología de género’”, escribió Soledad Deza, abogada feminista, en una columna publicada en El Tucumano.
“[Votación postura del alumnado sobre ingreso de mujeres] Resultados totales: a favor, 108; en contra, 351; en blanco, 22”.
El tema se trasladó a los medios de comunicación de la provincia. “Nosotros tenemos el campamento, que está pensado para varones. Son 12 días, es mucho para las mujeres, y pensamos que quizás habría que acortarlo si hubiera mujeres. Nuestros juegos, que quizás para algunos son violentos, son juegos de hombres; es un trato propio de varones con varones”, dijo a La Gaceta Ezequiel Elsinger, presidente del Club Colegial Gymnas. También tuvo su expresión en el diario La Nación después de la votación de los estudiantes. “No es por soberbia, pero somos diferentes a otros colegios y si ingresan las mujeres cambiaría la esencia”, dijeron desde la Secretaría de Prensa y Propaganda del Club Colegial Gymnasium.
Para Campos Alvo, las discusiones fracasan porque no hay consensos sobre qué significa el ingreso de mujeres. “No estoy totalmente seguro que el machismo y la misoginia sean la explicación detrás de las discusiones en el Gymnasium. Desde el punto de vista de la sociedad en general, seguramente esto es así, pero cuando estás adentro te das cuenta que se ponen en juego otras tensiones. Si ponemos la lupa de lejos, podría decirse que la resistencia se encuentra en la dificultad para asumir nuevas formas de la masculinidad en el Siglo XXI que descentren al hombre de la hegemonía de la fuerza, la dureza, la valentía o el ejercicio de la libertad individual, entre otros valores sociales. Si en cambio acercamos la lupa al ingreso de mujeres desde la cultura institucional, se observa que esta aparece en los debates de alumnos y egresados como un objeto amenazante de la identidad, de las tradiciones. Depositaria de ansiedades y de miedos pero también de expectativas desmedidas: no creo que el ingreso de mujeres al Colegio vaya a resolver muchos de los problemas que hoy tiene la institución”.
“No es por ser machista, pero creo algo que es obvio. Bañarse en un río, vivir en medio del monte por muchos días a las mujeres no les gustaría”.
Como aporte a la discusión que vendrá -en lo inmediato la decisión recayó en la no inclusión- Campos Alvos consideró como institución ampliada (docentes, no docentes, alumnos, padres, y egresados) ejercer una saludable puesta en paréntesis de todas las creencias en tensión. “Ver las cosas de manera diferente es un sano ejercicio de reflexión crítica. Eso no significa que debamos renunciar a todo lo que pensamos, ya que en primer lugar eso no es posible, y en segundo lugar podríamos llegar a perder de vista nuestros valores más profundos”, concluyó.
Más de 150 egresados del Gymnasium se expresaron en un pronunciamiento público que se difundió por las redes sociales: “la formación humanista de nuestra institución nos da la posibilidad de pensarlas de forma crítica para poder generar transformaciones en nuestro contexto y alejarnos de posicionamientos pasivos y reproductores. En este punto y como colegio experimental celebramos que puedan ejecutarse acciones que vayan en contra de la desigualdad de género”.
Aunque la decisión del Consejo Asesor no es vinculante, sí tiene peso político: el Gymnasium se debate en estos días entre profundizar su tradición humanista o sostener el status quo, reafirmando un presente conservador.
*Los comentarios en itálica fueron extraídos de diversos grupos de Facebook.
Esta nota se escribió en el marco de la Beca Cosecha Roja