Santiago Nicolás Arévalo, de cinco años, y su prima Celeste Estévez, de cuatro, jugaban cerca de su casa en la localidad correntina de Lavalle. Ellos no sabían que en la finca vecina se usaba veneno para fumigar y cuidar una plantación de tomates: los dos se envenenaron. La niña quedó internada tres meses en Buenos Aires, pero Santiago no sobrevivió. Hoy, después de veinte días de debate, el Tribunal Oral y Penal de Goya absolvió a Ricardo Nicolás Prieto, el dueño del campo que estaba acusado por “homicidio culposo y lesiones culposas en concurso ideal”.

“La familia sigue mal, está desahuciada”, dijo a Cosecha Roja el abogado querellante Julián Segovia. No se esperaban el fallo. “Es como si la muerte de Santiago fue en vano. Ahora hay que empezar de nuevo”, comentó.

Para Segovia, durante el juicio se habló mucho de agricultura y de verduras. “Parece que se discutía la forma de cultivar tomate. A veces me preguntaba si se acordaban que murió una criatura”, explicó. Y agregó: “Era importante el precedente: que no muera más gente inocente”.

El juicio debería haber finalizado el 25 de noviembre. El proceso se retrasó porque en la primera audiencia la defensa planteó la nulidad de la autopsia de los restos de Santiago. Decían que el veneno alfaendosulfan -prohibido en el mundo- no se podía cuantificar en el cuerpo. Pero nunca llamaron a un perito de parte para que lo verificara. El presidente del tribunal, Julio Ángel Duarte, rechazó el pedido.

Familiares y vecinos de la zona confirmaron ante el tribunal que siempre que fumigaban en el lugar había un olor extraño. La defensa intentó desviar la investigación con la hipótesis de que Santiago y Celeste consumieron porotillos, una planta tóxica que crece en la zona. Pero cuatro ingenieros aportaron con distintas teorías que el envenenamiento no fue por ese tipo de vegetación y que la responsabilidad de la intoxicación fue del productor. Además, la niña negó en Cámara Gesell esa teoría.

-¿Vos alguna vez comiste porotillo? – le preguntaron en Buenos Aires.

-No nunca, no conozco que es eso, respondió ella.

“La única línea de investigación siempre fue que se intoxicaron con alfaendosulfan y quedó demostrado en la autopsia”, dijo Segovia. El 14 de diciembre se leerán los fundamentos para saber si el fallo de los jueces considera que la autopsia no es prueba suficiente o si no pudieron demostrar la responsabilidad del imputado.