​A Alcides Chiesa lo secuestraron de la casa de los padres el 15 de octubre de 1977. Con un pullover en la cabeza, lo metieron en un auto y lo llevaron tabicado a la Brigada de Investigaciones de Quilmes. De inmediato supo dónde estaba porque reconoció, apenas se abrió, el ruido del portón de la calle Allison Bell. Lo había hecho con su padre, dos años antes, en la fábrica de carpintería metálica que tenían en Quilmes. Entró al Pozo, lo desnudaron, lo tiraron en un elástico y lo picanearon durante toda la noche. Luego tuvo un circuito de idas y vueltas entre el Pozo de Quilmes y Puesto Vasco, la subcomisaría de Don Bosco que también funcionaba como centro clandestino.

En los calabozos del Pozo de Quilmes estuvieron secuestrados Emilce Moler, Walter Docters, Nilda Eloy, Gustavo Calotti, Cristina Gioglio, Norma Leanza, Rubén Schell, Jorge Allega, Diego Barreda y tantos más que dieron testimonio sobre sus días en el chupadero. También se constató el paso de prisioneros uruguayos, paraguayos y chilenos.

Su transformación en Sitio de la Memoria es una lucha generada para recuperar ese espacio físico que constituyó uno de los eslabones del plan criminal de la última dictadura. Fueron muchos más los que desaparecieron, los que estuvieron inmersos en esa maquinaria que gestionaba la vida y la muerte a partir del momento en que se abría el portón corredizo.

A más de cuarenta años del comienzo de la última dictadura, el Colectivo Quilmes Memoria Verdad y Justicia presentó un Proyecto de Ley para convertir al ex Pozo de Quilmes en Sitio de la Memoria. La idea -presentada en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires a través de la diputada Evangelina Ramírez- fue un trabajo colectivo en el que participaron sus miembros: ex detenidos del Pozo, familiares y organizaciones e instituciones sociales de Quilmes. La iniciativa obtuvo la semana pasada media sanción por unanimidad en Diputados. Ahora resta el tratamiento en el Senado.

El centro clandestino de detención, tortura y exterminio funcionó entre agosto de 1975 y enero de 1979 en la Brigada de Investigaciones de la Policía de la provincia de Buenos Aires, en la esquina de Allison Bell y Garibaldi. Hoy es sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI). Fue parte del Circuito Camps y del Plan Cóndor. Por ahí pasaron más de 250 personas cuyas vidas quedaron marcadas o se interrumpieron de golpe en manos de los represores. El territorio pertenecía a la Zona I, a cargo del Primer Cuerpo de Ejército con Suárez Mason como titular. Desde la jefatura de la policía de la provincia de Buenos Aires, Ramón Camps era el encargado de organizar y supervisar el accionar del esquema represivo que conducía Miguel Etchecolatz, jefe de todas la Brigadas.

Que el ex Pozo de Quilmes se convierta en un Sitio de la Memoria y de cuenta del funcionamiento represivo ilegal ocurrido en la Brigada de Investigaciones de Quilmes habla del proceso de memoria, verdad y justicia. La participación de la comunidad y de las organizaciones que la integran es fundamental para dar paso a una construcción colectiva que rompa el silencio. Mantener la memoria activa es narrarla, contarla, documentarla para que esa trama de relatos tallen en la historia.

Foto: CONADEP/Shore/ANM